Ensayo: Existe la filosofía latinoamericana

Ensayo
¿Existe la filosofía latinoamericana?

Siguiendo el principio filosófico de que todo aquel que proyecta su conocimiento, su razón, modo de interpretar o descubrir, de enfrentarse a la realidad desde su propia manera de entendimiento, me lleva a la afirmación de que sí hay una filosofía legítima en Latinoamericana.
Pero la influencia de las corrientes de pensamiento europeo vino a disminuir la capacidad de la reflexión de nuestros pueblos, siendo así que después de la llegada de los españoles al continente americano, nuestra filosofía “por así decirlo” ha estado muy influenciada y marginada por esta tendencia occidental y más que todo somos afectados por las provenientes del continente Europeo. Es por esto, que de una u otra forma muchos autores no son capaces de demostrar sus conocimientos filosóficos porque se sienten sometidos por la cultura europea, y además, porque los americanos hemos dependido durante muchos años a nivel intelectual, económico, político, cultural y me atrevería a decir que en todos los aspectos sociales, de estas ideas que se han ido desarrollando a través de la historia, con lo cual, estos pensadores no son capaces de manifestar su sentir, sino que se quedan con sólo imitar y tratar de coincidir con el pensamiento foráneo, “sin filosofar sin más”, como dice Leopoldo Zea en su obra América como conciencia.
Este tema más que un engaño, en el fondo es una ideología, ya que muchos ignoran lo que tienen y además, pierden el verdadero valor de lo que poseen a nivel cultural. Por esta razón decía que aquel que se confronta a su realidad tratando de resolver los problemas desde sus propios conocimientos, hace filosofía y es por esto que si existe la filosofía latinoamericana, porque esta no es ciencia exacta ni creación artística, sino la realidad que el hombre enfrenta diariamente, siendo esto circunstancial, porque depende de lo que la vida nos ofrezca cotidianamente, es decir, que entra en juego la experiencia humana en donde el afectado por una realidad cualquiera que sea, está llamado a responder desde sus conocimientos a ella, enfrentándola, siempre tratando de romper con el “silencio” y como indica Riciero Frondizi:
considero importante: el punto de partida de la filosofía no está en la admiración ni en el asombro, sino en la realidad propia del hombre y para integrar esa realidad al ser, se debe partir de la toma de conciencia, con la que muchos pensadores en Latinoamericana deberían de tener en cuenta a la hora de “filosofar sin más”, buscando solucionar los problemas de la realidad que les toca enfrentar.”
Por otra parte, nuestra filosofía estuviera más enriquecida si los filósofos se unieran para compartir sus ideas y valorar las culturas, contribuyendo a la construcción de la historia de las ideas filosóficas de América Latina, es decir, darle más valor a nuestra cultura, sin descuidar del todo el pensamiento occidental, pero con la preocupación de que las soluciones sean auténticas para aquel que las solicita desesperadamente.
Si vemos la historia de la filosofía, los pensadores de todas las épocas históricas se han puesto a filosofar buscando solucionar sus problemas sin que se les considere como filósofos, porque nunca un filósofo griego habló de una filosofía griega, ni un francés de una filosofía francesa, ni un alemán de una filosofía alemana, sino que lo de griego, lo francés y lo alemán de su filosofía les fue dado por añadidura, sin que lo hubiesen pretendido, siendo lo adecuado, no pretender filosofar solo por tener un título del filosofar latino, más bien procurar un aporte al pensar universal. Pero esto es un problema aquí en América, ya que nos preocupa más que se nos reconozca y ocupar un puesto entre los grandes filósofos, cayendo así, en la indiferencia, en la competencia, en la rivalidad, descuidando los problemas de nuestra sociedad, y sólo nos conformamos con escribir para salir del paso, mientras que los que necesitan soluciones, sufren las consecuencias de la desunión que hay entre los filósofos americanos, que no dan una respuesta confortante a las adversidades que se presentan en lo cotidiano.
El pensamiento filosófico hispanoamericano, no comienza su evolución a partir del descubrimiento de América, ni de la conquista española, al querer dejar en la sombra todo el rico pasado cultural de los pueblos indígenas, con la que considero que aquí en este texto está el porqué del descuido de las culturas ancestrales –por decirlo de alguna manera–, y por tanto, la mayoría se dejan arrastrar por la influencia de las culturas extranjeras, produciéndose así, el miedo al ser americano de Rodolfo Kush, dejándonos vislumbrar por las técnicas europeas, sobre todo como aquella ciencia que quiere agotar las preguntas estructurando el caos de la existencia, entrando en el pensador americano el temor a su propio pensamiento, tratando de imitar el modelo europeo, que es un modelo estático-inmóvil de lo ya estructurado.
Con todo esto que ha sido detallado, pareciera que no puede haber una filosofía latinoamericana por la gran manifestación del pensar europeo que ha influido en el continente americano, pero analizando más a fondo, sucede lo contrario, ya que hay filósofos que se han levantado y han roto con el silencio para dar no una, sino varias soluciones a las problemáticas que se han presentado en las diversas épocas de vida de cada autor, reaccionando desde sus conocimientos para encontrar la mejor salida posible a los conflictos que hay en nuestra América.
El autor que más me llama la atención, es José Julián Martí, el cual observa el sistema estadounidense y sus diferentes características militares y dictatoriales, siendo estos elementos perjudiciales para “nuestra América”, y además advierte sobre los peligros de este imperialismo porque en el siglo XIX se dan los afanes expansionistas de los Estados Unidos, señalando que tienen razones ocultas, afirmando que la unión económica que proponen, es una dominación, ya que quieren asumir el mercado económico.
Con este ejemplo, solo quiero resaltar la valentía de un pensador que protege a su natal Cuba y que también procura el bienestar de toda América, denunciando la opresión que pudiese provocar los Estados Unidos en Latinoamericana, aunque en la actualidad, la situación para su país e incluso para un país como Venezuela, es totalmente contradictoria a la manera de pensar de Martí, por la falta de libertad en todos los ámbitos sociales, por el sistema político-dictatorial y opresor que desde a finales de los años setenta ha marcado la historia de Cuba y, desde el año 2007 ha comenzado un nuevo régimen tiránico para Venezuela con el gobierno de Chávez (1999-2013) y ahora con la vergüenza de Nicolás Maduro, que sin duda alguna, está llevando al país a la miseria, por la manera de gobernar. No con esto quiero contradecirme con el pensamiento de Martí, sino es ver como una posible solución para los problemas de los americanos, se ha perdido por las patrañas ideológicas políticas que tienen los gobernantes de no dejarse guiar por buenas teorías que les pueden funcionar como orientadoras a la hora de legislar el país que está en sus manos.
He estado pensando que hasta no hace mucho tiempo a los filósofos latinoamericanos era sencillo clasificarlos como positivistas, marxistas, fenomenólogos, tomistas, existencialistas y analíticos, pues todas y cada una de estas modalidades entre otras han tenido aquí su expresión en la mayor parte de los casos de manera igual, ya que no han sido meros copiadores de fórmulas terminadas, sino que han asumido estas corrientes más como métodos de reflexión que como sistemas concluidos, en la actualidad el asunto de las clasificaciones no resulta tan fácil. Ya no es tan fácil que una filosofía adquiera expresiones de marcada superioridad sobre otras como en otros tiempos pudo hacerlo la escolástica, el racionalismo, el positivismo, la fenomenología, el marxismo o el irracionalismo.
Es por esto que concluyo que la apertura al diálogo filosófico permite que en los últimos años en América Latina, en los congresos de filosofía, puedan debatir respetuosamente un tomista, un marxista, un analítico etc. y lo que resulta más importante: arribar a criterios de común acuerdo, aunque mantengan sus respectivas visiones cosmovisivas, epistemológicas, metodológicas e ideológicas. Numerosas memorias de congresos y otras divulgaciones colectivas demuestran ese espíritu de construcción colectiva superando fanatismos filosóficos.

En estos tiempos que se presupone prevalece la sociedad del conocimiento, la subordinación a las redes informatizadas y cuando surgen amenazantes conflictos del desarrollo científico-tecnológico, demográficos, ecológicos, culturales, etc., en tiempos de globalización y presunta posmodernidad, así como propuestas alternativas que indican que en el orden socioeconómico y político otro mundo es posible y que el socialismo del siglo XXI augura ser muy diferente al del pasado siglo XX, la filosofía en América Latina, a la par, parece que inicia otro desafiante momento de su desarrollo.

Comentarios

  1. Alfonso viendo que comentas sobre la influencia norteamericana en la cultura latinoamericana, usted tiene razón. Sin embargo, las circunstancias actuales nos muestran que nuestra identidad no sólo se ve influenciada por la cultura de los "gringos", sino que hemos experiemntado una tremenda importación de ideas, no sólo del norte del contiente, también de culturas orientalep y hasta entre nuestros propios países. Así que considero, que este no es sólo un asunto de "gringos", también lo es de todos, en especial de aquellos que tengan mayor proyección a nivel global.

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  2. Se agradece mucho su comentario y será tomado en cuenta para el ensayo final....

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